jueves, 25 de agosto de 2011

Siguiendo la estela de la Kon-tiki


En 1947, el noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) dirigió una expedición a bordo de una balsa construida con troncos, plantas y materiales naturales autóctonos que se encuentran en la costa Oeste de América del Sur.

La Kon-tiki navegó más de 7.000 km (4.700 millas) durante 100 días, desde Perú hasta las Islas Tuamotu. A Heyerdahl le acompañaban otros cinco hombres: Knut Haugland, Bengt Danielsson, Erick Hesselberg, Torstein Raaby y Herman Watzinger.

Luego, el explorador noruego escribió un libro que se convirtió en un super-ventas, y su documental fue premiado por con un Óscar de la Academia en 1952. Recuerdo que en el colegio construíamos nuestras kontikis a escala, como parte de un ejercicio de clase.

Heyerdahl era un biólogo marino muy interesado, también, en la antropología. Quería demostrar que los primitivos indios americanos pudieron conquistar las islas del Pacífico cruzando el océano. No obstante, la mayoría de los antropólogos sostienen lo contrario: que la Polinesia fue colonizada a partir de migraciones procedentes del continente asiático.

A favor de estos últimos tenemos dos datos:
  1. Que en las Galápagos no se encuentran restos de presencia humana anterior a la visita del religioso dominico Fray Tomás de Berlanga, en 1535. Sin embargo, el propio Heyerdahl dijo en 1963 haber encontrado restos arqueológicos de los incas y algunos objetos, con lo que sugería que el archipiélago pudo estar habitado mucho tiempo atrás.
  2. Por otra parte, hay pruebas genéticas que demuestran un preorigen asiático, tal como ocurre con los habitantes de la isla de Pascua.
La Kon-tiki me sirve para poner punto final a este viaje por las Galápagos. Quedan muchos temas por tratar, seguramente. Y habrá otros viajes, sin duda. De hecho, la aventura de la vida no tiene fin y siempre es un volver a empezar... hasta que acaba.

De momento sigo como navegante o como náufrago, escribiendo en la bitácora que lleva ese nombre, precisamente: ¿Navegante o náufrago? Allí te espero. Aunque de vez en cuando me pasearé por esta otra orilla del mar, atento por si llegara un mensaje en una botella... por ejemplo.

Nunca se sabe.


Imagen de la bitácora de Juan Manuel Grijalvo: http://www.grijalvo.com/g_no_Noruega/1aa.htm

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