jueves, 25 de agosto de 2011

Siguiendo la estela de la Kon-tiki


En 1947, el noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) dirigió una expedición a bordo de una balsa construida con troncos, plantas y materiales naturales autóctonos que se encuentran en la costa Oeste de América del Sur.

La Kon-tiki navegó más de 7.000 km (4.700 millas) durante 100 días, desde Perú hasta las Islas Tuamotu. A Heyerdahl le acompañaban otros cinco hombres: Knut Haugland, Bengt Danielsson, Erick Hesselberg, Torstein Raaby y Herman Watzinger.

Luego, el explorador noruego escribió un libro que se convirtió en un super-ventas, y su documental fue premiado por con un Óscar de la Academia en 1952. Recuerdo que en el colegio construíamos nuestras kontikis a escala, como parte de un ejercicio de clase.

Heyerdahl era un biólogo marino muy interesado, también, en la antropología. Quería demostrar que los primitivos indios americanos pudieron conquistar las islas del Pacífico cruzando el océano. No obstante, la mayoría de los antropólogos sostienen lo contrario: que la Polinesia fue colonizada a partir de migraciones procedentes del continente asiático.

A favor de estos últimos tenemos dos datos:
  1. Que en las Galápagos no se encuentran restos de presencia humana anterior a la visita del religioso dominico Fray Tomás de Berlanga, en 1535. Sin embargo, el propio Heyerdahl dijo en 1963 haber encontrado restos arqueológicos de los incas y algunos objetos, con lo que sugería que el archipiélago pudo estar habitado mucho tiempo atrás.
  2. Por otra parte, hay pruebas genéticas que demuestran un preorigen asiático, tal como ocurre con los habitantes de la isla de Pascua.
La Kon-tiki me sirve para poner punto final a este viaje por las Galápagos. Quedan muchos temas por tratar, seguramente. Y habrá otros viajes, sin duda. De hecho, la aventura de la vida no tiene fin y siempre es un volver a empezar... hasta que acaba.

De momento sigo como navegante o como náufrago, escribiendo en la bitácora que lleva ese nombre, precisamente: ¿Navegante o náufrago? Allí te espero. Aunque de vez en cuando me pasearé por esta otra orilla del mar, atento por si llegara un mensaje en una botella... por ejemplo.

Nunca se sabe.


Imagen de la bitácora de Juan Manuel Grijalvo: http://www.grijalvo.com/g_no_Noruega/1aa.htm

domingo, 21 de agosto de 2011

De los pinzones de Darwin


Lo que el joven e inexperto Charles Darwin (1809-1882) entregó en la Geological Society of London el 4 de enero de 1837, fue buen número de aves disecadas que él pensaba que pertenecían a familias diferentes. Seis días después, el ornitólogo John Gould (1804-1881) le sacaría del error: muchas de ellas eran pinzones peculiares con suficiente entidad para formar un nuevo grupo en el que se incluían varias especies.

Así, los llamados pinzones de Darwin, siendo de la familia Emberizidae, formarían un nuevo género: el Geospiza.

Si hablamos en su día de los errores del capitán FitzRoy, hemos de decir que el propio Darwin cometió uno mayúsculo: el juntar todas las aves en sacos sin identificarlas debidamente, de tal manera que era imposible determinar de qué isla procedía cada una.


Paradójicamente, fueron los pinzones recogidos por el equipo de FitzRoy los que aportaron esos datos, pues éstos sí que iban bien etiquetados. Así, Darwin pudo relacionar a cada especie con un hábitat diferente, pues los pinzones de una isla no se hallaban en las otras, y viceversa.
  • El pinzón grande de cactus (Geospiza conirostris) se halla, sobre todo, en la isla Genovesa. Su fuerte pico le permite alimentarse de semillas grandes y duras, aunque también come insectos. Su alimento principal es el cactus Opuntia.
  • El pinzón terrestre de pico afilado (Geospiza difficilis) habita en las islas Genovesa y en Santa Cruz.
  • El pinzón terrestre mediano (Geospiza fortis) también se encuentra en Santa Cruz.
  • El pinzón terrestre pequeño (Geospiza fuliginosa) está presente en varias islas. Se alimenta de parásitos que encuentra en la piel de las tortugas gigantes o de las iguanas terrestres o marinas.
  • De fuerte pico es también el pinzón terrestre grande, otro comedor de semillas, el Geospiza magnirostris que prefiere como hábitat los áridos matorrales de las tierras bajas y los bosques tropicales caducifolios de las islas Santa Cruz y Genovesa.
  • Otra especie es el pinzón de cactus común (Geospiza scandens) que por lo visto se encuentra allá donde no habita el pinzón grande de cactus, probablemente porque compiten por el mismo cactus, el Opuntia.
Darwin se dio cuenta de que estas diferencias en picos, tamaños o plumajes, respondían a la adaptación de los pinzones al medio en el que se encontraban. Lo cual no significa que el pinzón pueda decidir sobre ella, sino que la casualidad hará que se adapten aquellos que desarrollan una diferencia genética que en un medio puede serle beneficioso, y en otro significaría la muerte segura. Así es como la naturaleza selecciona  los individuos más aptos. No hay mérito alguno en la evolución, sólo casualidad.


Imagen de la Wikipedia.

miércoles, 17 de agosto de 2011

El desafío de los bípedos


Lo que más nos distingue a los humanos de otras especies es nuestro bipedismo, esto es, la capacidad para andar erguidos sobre las extremidades posteriores. Esta característica es común a todos los homínidos que nos precedieron, incluido el hombre de Neanderthal, pero no a los simios.

Cuando se nos dice que el bipedismo representó una ventaja con la que los homínidos se enfrentaron al medio nos quedamos perplejos. Bueno, al menos a mí me ocurrió, pues si el bosque representaba un refugio frente a los depredadores de la sabana, ¿por qué salir a ella? La respuesta es evidente: la comida escaseaba en el bosque y los homínidos salían a buscarla. Y no es que eso les hizo bípedos, sino que ya lo eran como vimos en 'Una noche con Lucy'.

Al principio, su dieta se limitaba a aprovechar los restos de alguna pieza abatida por otros animales, como los leones o las hienas. Es decir, nuestros antepasados fueron carroñeros antes que cazadores.

Los humanos somos lentos y nuestra visión crepuscular es de las más deficientes. Al andar de pie nuestro centro de equilibrio se eleva y perdemos estabilidad. En terrenos accidentados somos muy torpes. Y, sin embargo, las ventajas que nos proporciona el bipedismo son enormes.

Para empezar, exponemos menos superficie al sol. Sólo nuestra cabeza recibe los rayos directamente, mientras que cualquier cuadrúpedo sufre el efecto de éstos en la mayor parte de su cuerpo. Los humanos transpiramos, además, por todos los poros de nuestra piel. Casi todos los animales lo hacen por el hocico, mayormente. Ésto hace que se agoten y que durante gran parte del día busquen un lugar sombreado donde guarecerse del sol. Sorprendentemente, los humanos podemos seguir andando sin parar durante horas y horas, y días y días.
"Disponer de un cerebro más grande permitía al erectus correr bajo el sol de mediodía, cuando la mayoría de los depredadores buscan la sombra y el agua y se abstienen de cazar". (HARRIS, Marvin. 'Nuestra especie'. Alianza Editorial. Madrid, 2008; 53)
Al sobrarle células al cerebro del Homo erectus, la probabilidad de sufrir daños por el calor disminuía, según la teoría de Fialkowski (Harris; 53).

Si las células individuales del cerebro quedasen dañadas tras una carrera larga a pleno sol, podría producirse desorientación cognoscitiva o una hemorragia cerebral que podría provocar la muerte.

Los homínidos podían perseguir a una pieza durante horas, durante días, hasta agotarla. Dennis Bramble y Daniel Lieberman afirman que los Australopithecus "caminaron durante 2,5 a 3 millones de años sin acabar pareciéndose a los humanos. Andar no lo consiguió, pero correr sí".
"Correr nos hizo humanos". http://www.laflecha.net/canales/ciencia/noticias/200411295
Otra ventaja es que, en posición erguida, nuestro punto de vista se eleva sobre el horizonte. Gracias a ello, aumenta nuestra visión espacial y el control de la información visual que tenemos sobre el medio que nos rodea.

Por último, pero no menos importante, podemos portar armas y utilizar los brazos para defendernos o atacar.

No se suele mencionar una obviedad: que también podemos trasladar la carne obtenida tras una expedición de caza, así como ropa u otros utensilios que aporten ventajas durante la cacería o para hacerse con la carroña.

Y un accesorio fundamental, a mi entender, sería la posibilidad de llevar agua. Utilizando una calabaza vacía, a modo de cantimplora, o algún odre, los homínidos podrían recorrer distancias más largas sin la preocupación de encontrar o no alguna fuente donde saciar la sed. Estoy convencido de que el invento de la cantimplora está directamente relacionado con la expansión de la especie humana por todo el planeta.

Sospecho que Bramble y Lieberman encuentran cierto alivio estético en que los humanos perdiéramos nuestro aspecto simiesco:
"Si la selección natural no hubiera favorecido el correr, aún tendríamos el aspecto de los simios".
Aún así, no se me quita de la cabeza que los etíopes llaman Dinkenesh, que viene a significar "la bella", o simplemente "wonderful", a una Australopithecus afarensi.

En efecto, me refiero a Lucy.



Más información sobre el bipedismo de los Australopithecus afarensis la puedes encontrar aquí: http://prehistorialdia.blogspot.com/2011/02/el-australopithecus-afarensis-tenia-un.html

lunes, 8 de agosto de 2011

Los políglotas de las Galápagos


El profesor Serrallonga estudia el comportamiento burlón de los sinsontes. Éstas son unas aves de la familia Mimiade, con más de 35 especies extendidas por todo el continente americano. Son capaces de imitar el sonido de otras aves y demás sonidos del entorno, tales como las notas de un piano, ladridos de perros y sirenas. Curiosamente, el sinsonte común viene definido por el binomio taxonómico Mimus polyglottos, es decir, imitador políglota.
"Si no creyera en la locura
de la garganta del sinsonte;
si no creyera que en el monte
se esconde el trino y la pavura.".
De la canción 'La Maza', de Silvio Rodríguez.


En el archipiélago encontramos varias especies endémicas del género Nesomimus:
  1. Nesomimus parvulus, está presente en casi todas las islas.
  2. Nesomimus trifasciatus, sólo habita en la isla Floreana y son los sinsontes en mayor peligro de extinción.
  3. Nesomimus macdonaldi, que sólo se la encuentra en La Española.
  4. Nesomimus melanotis, que también está en peligro y vive en San Cristóbal.
Cuenta Serrallonga que está observando como los sinsontes están imitando ahora los ruidos que hacen los hombres al cazar otras aves no endémicas que amenazan su hábitat. De esa manera les confunden y defienden así sus nidos.

Como ves sigo sin hablar de los pinzones, pero empiezo a tener mis dudas. ¿Fueron los pinzones o los sinsontes los que inspiraron la teoría evolutiva de Darwin?

Eso es lo que afirma el profesor Robert L. Curry, del departamento de biología de la Villanova University (Pensilvania) en su página web, citando al propio naturalista inglés:
"My attention was first thoroughly aroused by comparing together the various specimens ... of the mocking-thrush". (DARWIN, Charles. 'The Voyage of the Beagle'. 1839)
Curry no deja de sorprenderme: ¿Cómo es que una universidad que se declara seguidora de San Agustín muestra interés en seguir los pasos de Darwin? Entre su ideario está el animar "programas e investigaciones sobre problemas contemporáneos a través de la lente de la enseñanza social católica".

Tal vez los sinsontes puedan explicárnoslo algún día.

Imagen de un Nesomimus melanotis de la Wikipedia.

viernes, 5 de agosto de 2011

Una noche con Lucy


Es como si volviéramos atrás en la noche de los tiempos y lejos de encontrarnos con Adán y Eva hace 4.000 años, como decía Lightfoot, nuestro viaje en el tiempo siguiera y siguiera hasta llegar encontrarnos con Lucy. De momento, pues si insistiéramos en encontrar el 'eslabón perdido' seguiríamos hasta unos 6 millones de años o más.

El Australopithecus afarensis tiene una antigüedad de sólo 3,2 millones de años. Lucy son los restos fósiles de una joven homínida cuyo nombre le viene dado por Donald Johanson, el paleoantropólogo que dirigía el equipo que la descubrió en 1974. Lo que sonaba entonces en sus aparatos de música era una canción de los Beatles: 'Lucy in the sky with Diamonds'.


Para no desmentir las predicciones que hizo Darwin, los restos fósiles de Lucy fueron hallados en la depresión de Afar, en Etiopía. Es decir, en el Este de África. Además no fueron los únicos, pues en el mismo sitio se hallaron restos de otros seis Australopithecus afarensis.

Los creacionistas hablan de Lucy como si de un simio se tratara. Pero resulta que Lucy ya andaba sobre sus miembros posteriores y no hay un sólo simio que tenga esa capacidad bípeda. Es cierto que muchos simios son capaces de erguirse sobre sus extremidades traseras, como también lo hacen los osos y hasta los canes. Sin embargo, no pueden caminar tal como lo haría Lucy debido a que no disponen de la misma forma de pelvis ni de articulación de la rodilla que tenía ésta. El de Lucy es un bipedismo anatómico y no meramente postural.

El bipedismo también se manifiesta claramente en la manera en que la columna vertebral engarza con la base del cráneo. El lugar exacto donde se produce el encuentro define el centro de gravedad del esqueleto. A los científicos les basta observar un cráneo para estimar si caminaba erguido o no.

Al mismo tiempo, las extremidades de Lucy mostraban rasgos típicamente arborícolas.

¿Dónde dormía? ¿En el suelo? ¿En lo alto de un árbol? Donald Johanson sostuvo que lo haría al raso. ¿En base a qué? Sus rasgos le hacían muy apta para subir a los árboles, habilidad ésta que le resultaría muy útil para escapar de los depredadores. Pasar la noche en el suelo sería mucho más arriesgado. Tengamos en cuenta que la visión de los homínidos es muy deficiente con la llegada del crepúsculo y que no se distinguían, precisamente, por estar dotados para la carrera. Por lógica, Lucy pasaría la noche sobre la rama de un árbol.

Los homínidos, no obstante, abandonarían poco a poco la protección de los árboles para adentrarse en la sabana, aprovechando las ventajas de su bipedismo.

¿Qué ventajas son éstas? A primera vista no parecen tan evidentes, ¿verdad? Pues de eso hablaremos en una próxima entrada.



Origen de la imagen: http://plqhq.blogspot.com/2011/04/lucy-in-sky-with-diamonds.html

jueves, 4 de agosto de 2011

Aquellas aves piratas con sus globos rojos


Estas aves negras, las fregatas o fragatas, como se las conoce, están extendidas por todo el trópico, tanto en el Atlántico como en el pacífico. Aunque la Fregata lacépède no es una especie endémica de las Galápagos, lo cierto es que su presencia se hace notar. Especialmente para el resto de las aves.

Su estrategia para obtener el alimento consiste sobrevolar el mar y en acosar a otras aves cuando han capturado una presa hasta obligarle a soltarla. Entonces se precipitan sobre ella antes de que caiga al agua.

Para proceder así se necesita una gran movilidad que obtienen de la relación entre su tamaño y su escaso peso. El esqueleto de una fregata puede rondar los 115 gr. mientras que la envergadura de sus alas llega a alcanzar más de 1,80 m.

Son aves esencialmente aéreas que ni se posan en el agua ni caminan bien sobre tierra.

Su morfología ha hecho que se hable de ella como de un moderno pterosauro, esto es, un lagarto con alas si lo traducimos literalmente del griego. Lo que nos remite nuevamente a la idea, bastante popular, de que las aves proceden directamente de los extinguidos dinosaurios. Para ser correctos, sin embargo, tal idea no estaría correctamente expresada ya que Pterosauria y Dinosauria son órdenes distintos.

Lo que más las caracteriza es el enorme globo rojo que hinchan los machos para atraer a las hembras en época de celo. Se trata de una bolsa que tienen éstos en la garganta.

Piratear o, más concretamente, robar a los otros la comida es un comportamiento que se da en el estado de naturaleza. Y algunos deben pensar que también es un comportamiento digno de los humanos ya que los que especulan con el precio de los alimentos dejan a cientos de miles de nuestros congéneres frente al hambre.

Origen de las imágenes: http://ecuador.donniedid.com/img/genovesa057.jpg y http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/34/Male_Frigate_bird.jpg

lunes, 1 de agosto de 2011

Quedan pocos como Jorge


Para designar la especie de Jorge, tenemos un trinomio en lugar del binomio habitual: Geochelone nigra abingdoni. Un nombre tan largo para una especie tan corta. En efecto, Jorge (Lonely George) es el único ejemplar que se conoce de estas tortugas gigantes.

Como consecuencia evidente, la muerte de Jorge supondría la extinción de esta especie. En las Galápagos quedan once especies de tortugas gigantes de las catorce que había en tiempos de Darwin. Su caza indiscriminada, así como la introducción de cabras que competían por los mismos alimentos pusieron en peligro a muchas de ellas.

La sensiblería de los humanos, tan escasa en otros asuntos, se ha despertado para compadecer al viejo Jorge. En sus aproximadamente cien años de edad no encontró la pareja adecuada. Y eso que hay una recompensa de 10.000 dólares para quien le encuentre novia.

Parece que el solitario de la isla Pinta, al norte del archipiélago, tiene sus días contados y que ningún 'Diseñador Inteligente' impedirá que Jorge acabe sus días sin dejarnos un Jorgito.

Aunque mientras hay vida hay esperanza, dicen.


La imagen es de http://media-cdn.tripadvisor.com/media/photo-s/01/32/45/dd/lonely-george.jpg

viernes, 29 de julio de 2011

En el orígen ya nos topamos con la polémica


Desde siempre he oído dos versiones sobre el origen del ser humano. La primera era ésta:
"Una vez que había creado las infinitas estrellas, la tierra con sus montañas, mares, bosques y todo tipo de animales, Dios, según la Sagrada Escritura, formó su obra culmen diciendo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuantos animales se muevan sobre ella»". (Génesis, 1; 27)
La segunda se limitaba a atribuirle a un tal Darwin la afirmación de que nuestros antepasados eran simios, dejando a la imaginación de cada uno que éstos se parecieran más a los gorilas, a los chimpancés o a los orangutanes.

Ambas ideas son falsas.

La primera porque se trata de una fantasía, nada inocente, que pretende situar al hombre, y sólo al hombre, por encima de la naturaleza, y por encima de la mujer también. Justificar el dominio sobre los demás sería la idea clave.

Por lo que se refiere a la segunda, Darwin nunca dijo «que viniéramos del mono». Él se limitó a apuntar hacia el Este de África como posible origen geográfico de los seres humanos. Y acertó. Respecto a los simios se limitó a afirmar que tanto ellos como los humanos tendríamos un ancestro común, pero nuestras especies evolucionaron paralelamente.

La Teoría de la Evolución plantea que los seres humanos no somos diferentes de los animales, lo que contradice a quienes creen que somos una creación divina. Los grupos religiosos más conservadores contemporáneos de Darwin se mostraron muy combativos. A ellos se les sumaban los que defendían la superioridad racial de los blancos sobre el resto de otras razas. Las ideas racistas que desembocaron en los fascismos de los años treinta, tenían su origen el la mentalidad eurocentrista del siglo XIX, muy orgullosa de la Revolución Industrial que estaban llevando a cabo.

La Teoría de la Evolución tuvo una gran transcendencia social, política, religiosa, filosófica y cultural. Como dice mi amigo Arcadi:
"El ser humano dejó de ser un fin de la naturaleza. Dios ya no hacía falta para explicar la vida ni nuestra presencia. La religión perdió su dominio sobre las mentes. La realidad se hacía autónoma y mucho más impresionante y maravillosa de lo que uno podía imaginar. La ciencia nos ha puesto en nuestro lugar. No somos nada especiales. Vivimos en un rincón del universo, en una pequeña galaxia, girando alrededor de una estrella insignificante. Y formamos parte de un proceso casual y no de un proyecto superior".
No es extraño que a Darwin, teólogo de formación, le costara tanto decidirse a publicar su teoría. Cuando lo hizo, en 1854, habían pasado 24 años de su viaje a las Galápagos.

La imagen es una captura del vídeo presentado por Attenborough, que puedes ver en esta entrada: http://pensandoenlasgalapagos.blogspot.com/search?updated-max=2011-07-21T00%3A18%3A00%2B02%3A00&max-results=7

jueves, 28 de julio de 2011

La paradoja del atractivo turístico


Se nos dice que países como Ecuador o Tanzania necesitan del turismo para que sus parques no acaben explotados por los intereses económicos de los mercados.

Tal vez bastaría con que los occidentales renunciáramos a seguir nuestra tendencia neo-colonizadora. Si en lugar de presionarles para que nos vendan sus recursos al precio que nuestras grandes corporaciones les marcan, tuvieran la autonomía para decidir y la ayuda para conservar, es muy posible que decidieran y conservaran sus riquezas naturales mejor de lo que lo haríamos nosotros.

Siempre que sus políticos representen los intereses del pueblo y no, como ocurre en Europa, en EEUU y Canadá, éstos se dediquen a defender los beneficios de las grandes fortunas.

La viñeta de El Roto lo resume mucho mejor que yo.

martes, 26 de julio de 2011

El imperativo ecológico


Las éticas tradicionales están enfocadas al aquí y ahora. Los modelos teleológicos (Aristóteles) y deontológicos (Kant) nos dicen cómo hemos de actuar en el momento presente y se limitan al espacio que nos es más próximo. Son, además, teorías antropocéntricas pues el objeto de su estudio es, invariablemente, "el hombre".

El principio de responsabilidad enunciado por Hans Jonas (1903-1993) nos introduce en una nueva perspectiva ética:

"Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra".
Antes de la Revolución Industrial el hombre aún vivía en ciudades que representaban el mundo civilizado y le protegían de la naturaleza salvaje. Hoy las ciudades ya no cercan, sino que se expanden, con lo que se ha invertido el panorama y es la naturaleza la que queda protegida en parques cada vez más pequeños, en hábitats cada vez más amenazados. 

Los seres humanos tenemos una responsabilidad respecto de la naturaleza desde el momento en que tenemos poder para alterarla, y últimamente hasta de destruirla.

En eso consiste el imperativo ecológico.

Ahora la ética ya no puede ser individual, es preciso que actuemos colectivamente. No podemos confiar en que cada uno actuará correctamente ante la naturaleza, pues basta que unos no lo hagan para que la acción de los otros no sirva para nada.

Y las consecuencias de nuestras acciones ya no quedan restringidas a nuestro entorno más inmediato pues lo que hagamos en un punto del planeta tendrá repercusión en el resto del mismo. El mero hecho de viajar supone un derroche de energía cuando millones de seres humanos carecen de ella.

Sí, soy un poco aguafiestas, pero reconozco que no confío en esa presunta inteligencia de los humanos para resolver un turismo sostenible. Basta comprobar lo que se ha hecho con los escasos espacios libres que quedaban en nuestras costas mediterráneas. O lo que ya es un abuso urbanístico en algunas zonas de Pirineos, por ejemplo. 


(Ah, la próxima semana hablaremos de los pinzones).

Imagen del crucero Galapagos Explorer: http://www.galapagosisland.net/cruises/galapagos-explorer-cruise/explorer-pictures.html 

lunes, 25 de julio de 2011

Tan simpáticos y tan crueles


Los lobos, o leones, marinos de las Galápagos caen bien. El hecho de que no rehúyan la presencia de los humanos les convierte en seres cercanos. Y si a eso le añadimos que les gusta jugar será lógico que pasen por unos de los animales más simpáticos del planeta.

A los peces luna el encuentro con estos traviesos juguetones puede suponerles una verdadera tortura. Leo en la Wikipedia que:
"Los leones marinos parecen cazarlo [al pez luna] como un «deporte», arrancándoles las aletas, moviendo su cuerpo de un lado a otro y luego simplemente abandonando al pez indefenso, pero todavía vivo, hasta que muere en el fondo marino". POWELL, David C. «21. Pelagic Fishes». 'A Fascination for Fish: Adventures of an Underwater Pioneer'. University of California Press, Monterey Bay Aquarium. Berkeley, 2001; 270–275
No ha de extrañarnos este comportamiento. Mi gata hacía lo mismo con casi todas las presas que capturaba. Es la naturaleza, me dirás. Sí, esa es la justificación. 

Muchos adultos recordamos que de niños éramos bien capaces de hacer lo mismo con según que animales. Experimentábamos con reptiles e insectos. Me consta que algunos maltrataban a gatos y perros. ¿Quién no ha destripado una rana? Si hasta en el colegio teníamos que hacerlo.

Ya desde pequeños los humanos somos ambivalentes. Nos gusta rodearnos de mascotas. Tal vez por evitarlo, los padres de ahora inundan las alcobas de sus hijos con todo tipo de peluches que ni cagan ni huelen mal. Pero, al mismo tiempo, cazamos lagartijas, matamos serpientes, aplastamos cucarachas, exterminamos arañas... sin necesidad.

Tal vez sea un comportamiento estrictamente biológico. ¿Lo llevamos en los genes? 

Todo ésto lleva mis reflexiones hacia Thomas Hobbes (1588-1679), para quien el egoísmo es básico en el comportamiento humano mientras que la sociedad intenta corregir tal comportamiento favoreciendo la convivencia. Fue él quien hizo popular este aforismo:
"El hombre es un lobo para el hombre" (Homo homini lupus est).
Puede que estés pensando que, al igual que Hobbes, me dejo llevar por los sentimientos humanos. Ya sean de amor o miedo, nuestras sensaciones nos influyen a la hora de observar los comportamientos sociales de animales o humanos. Y, del mismo modo, a la hora de explicar teorías científicas. ¿Le ocurrió eso a Darwin, a Spencer, a Wilson y a otros cuando elaboraron sus perspectivas evolucionistas?

Mi propósito es introducir un nuevo tema de debate: el darwinismo social. O el que vendrá después: la sociobiología

¿Qué prevalece en los humanos, el amor o la crueldad?

domingo, 24 de julio de 2011

Encuentro con el Mola mola


Siguiendo la senda de aquellos lunáticos de Birmingham damos con el increíble pez luna, cuyo binomio taxonómico es Mola mola. Lo de 'mola' viene del griego y se refiere a las muelas o piedras de los molinos con cuya forma se quiso relacionar a este pez tan peculiar. Un pez que puede llegar a tener un tamaño considerable. Se habla de ejemplares de más de 3 metros de largo y con un peso superior a los 1.000 kg.

El Mola mola es el primer pez que llega a nuestra bitácora sobre las Galápagos. No se trata de una especie endémica, sino que lo podemos encontrar en las aguas templadas o cálidas de todos los mares y océanos del planeta. Su forma nos llamó la atención durante nuestra visita al Oceanogràfic. Carece de cola. Tanto es así que los alemanes lo llaman Schwimmender Kopf, o sea, "cabeza que nada". Tanta cabeza y, sin embargo, tiene uno de los cerebros más pequeños de entre todos los peces.

Sus movimientos no se deben a su pseudo-cola en forma de abanico ni tampoco a sus diminutas aletas pectorales, sino a los movimientos de sus grandes aletas dorsal y anal, que a modo de remos producen un desplazamiento lateral muy caracterísitico. A pesar de su aparente lentitud pueden dar grandes saltos fuera del agua.

Se alimenta de zooplancton y, especialmente, de medusas. En estas últimas, me dicen, encuentra su provisión de agua dulce que otros peces no necesitan. Os confieso que de este dato no tengo más información.

El luna adulto es un pez solitario al que rara vez se le ve en parejas.

Ante una morfología tan extraña, ¿qué dirías?: ¿que es el resultado del azar en un proceso evolutivo?, ¿o el logro racional de un diseño inteligente?

¿Un diseño caprichoso? ¿O crees que vivimos en un universo bien afinado por la mano de un Hacedor?

Imagen procedente de la U.S. National Oceanic and Atmospheric Administration.

sábado, 23 de julio de 2011

Aves por las Encantadas


Hasta ahora hemos hablado de Darwin, del Beagle y del origen de la vida, en general. Y también de algunos animales que habitan en las islas Encantadas. Empecé por los grandes cetáceos, cachalotes y ballenas, y luego los delfines. Ya sabes que éstos son mamíferos, y no peces. (Bueno, lo sabe todo el mundo pero a veces no está de más recordarlo). Sin abandonar los mamíferos, me referí también a los otarios, o leones marinos. Introduje las zayapas, que son unos crustáceos, es decir, los primeros invertebrados en aparecer en esta bitácora. Y no me olvido de las iguanas, terrestres y marinas. Reptiles tan importantes como ellas faltan por llegar. Me refiero a las célebres tortugas gigantes que sólo encontramos en las Galápagos.

En Internet hay una base de datos, actualizada para noviembre de 2007, y una de sus páginas, concretamente, nos lista las aves que están por las Galápagos: http://avibase.bsc-eoc.org/checklist.jsp?region=ecga&list=clements. Cada una con un enlace a su ficha correspondiente.

Según Avibase, son 159 especies diferentes las que sobrevuelan, o no, el archipiélago. Recuerda que existe un cormorán que no vuela y que tampoco lo hacen los pingüinos. Hay 27 especies que son endémicas, esto es, que son propias y exclusivas de las Galápagos. Por otra parte, 15 de ellas están amenazadas globalmente.

Debido a su similitud morfológica, se dice que las aves son las descendientes más directas de los dinosaurios, aunque hay quienes lo niegan. Un buen tema de debate, sin duda.

En el viaje de Darwin hacia el origen de las especies, las aves tienen una importancia extraordinaria. 

Pero será otro día cuando hablemos de los pinzones.

Ha llegado el momento de que nuestro primer pez entre en escena. 



La imagen muestra un piquero de pata azul.

viernes, 22 de julio de 2011

La sonrisa imaginada


¿Sonríen los delfines? ¿Alguna vez hemos visto uno que esté triste? ¿No será que esa es la cara que tienen?

En nuestra visita de ayer al Oceanogràfic pudimos comprobar que la actuación de los delfines era lo más parecido a un circo, mientras que el resto de los animales constituyen un zoológico acuático. La música del delfinario era similar a la que acompaña las acrobacias de los trapecistas y el papel de los delfines venía a ser el de unos 'payasos del mar'.

El Oceanogràfic no es más que un espectáculo decimonónico con una decoración acorde a la estética del siglo XXI. Hay estética pero falta ética. Es exhibición y es negocio. Vemos de cerca a los animales, pero apenas podemos aprender nada de ellos. No es esa la función.

A mi lado, Arcadi apunta a que los delfines sufren. Representan un papel aprendido a base de pasar hambre y privaciones. Olvidamos, o no queremos darnos cuenta, de que son animales en cautiverio... sometidos a trabajos forzados.

No. No se divierten. Sufren estrés. Su vida es más corta en cautividad y algunos mueren en el intento, pero eso no nos lo cuentan. El espectáculo debe continuar. Los delfines en libertad tienen la inmensidad del océano para nadar. Capturan y comen peces vivos. Sus piruetas las hacen porque juegan y no le vienen impuestas.

¿Será esta la razón por la que no encontramos una librería en el Oceanogràfic? Con libros que nos expliquen a qué se debe esa sonrisa. Esa sonrisa que está en nuestra imaginación, pero que tal vez no cuadra con sus sentimientos. Esa sonrisa que les traiciona. Esa que nos engaña. Esa con la que nos dejamos engañar.

Si los delfines pudieran comunicarse con nosotros, ¿qué nos dirían?

Imagen: http://www.fondolove.com/wallpaper/Delfin-en-Agua.html

jueves, 21 de julio de 2011

Sin libros en el Oceanogràfic

 

El interés por las especies cuyo hábitat son las Galápagos nos ha llevado a visitar esta tarde el Oceanogràfic de València.

Asombra ver esas inmensas peceras repletas de tiburones, rayas, cangrejos, morsas, belugas, etc. Asombra también ver la cantidad de turistas que acuden ante el reclamo de ver nadar a los peces o que se deleitan con las piruetas de los delfines amaestrados. Asombra, cómo no, la presencia de tiendas repletas de artículos tales como camisetas, peluches, gorras, tazas, etc.

Pero me inquieta pensar sobre las razones por las que no encuentras un sólo libro, ni tan siquiera un DVD, aparte de los promocionales del propio Oceanogràfic. ¿Será porque la información gráfica que encontramos en los paneles es suficiente? No. Ésta es muy superficial. El hecho de aparecer en tres idiomas, español, valenciano e inglés, resta mucho espacio para poder extenderse en explicaciones sobre las características de cada animal.

Por otra parte, las cartelas descriptivas de algunos peces, sobre todo en la sección de los tiburones, son escasas o nulas.

Me pregunto entonces sobre la razón por la que se construye un oceanográfico de grandes dimensiones. ¿Acaso no debería ser la difusión cultural? ¿O se limita al interés comercial que hay detrás de unas entradas caras, unos restaurantes caros, y unos peluches caros.

Y no es porque los empleados no sepan. Preguntamos a una empleada y, con gran entusiasmo, nos dio una información muy pormenorizada de un pez del que ni siquiera sospechábamos su existencia.

Uno del que os hablaré próximamente.


Sitio oficial del Oceanografic de València: http://www.cac.es/oceanografic/

miércoles, 20 de julio de 2011

La marcha atrás de los cangrejos


Lo habrás oído miles de veces eso de que los cangrejos andan hacia atrás. Los más precisos te dirán que andan de lado o incluso que andan hacia todas partes.

El caso es que en las Galápagos abunda una especie conocida como zayapas, de un rojo vivo, combinado con azules y amarillos. Y como a estas alturas ya estamos familiarizados con la taxonomía, diremos que su nombre científico es el Grabsus grabsus. Aunque siendo el primer invertebrado que visita nuestro blog, tal vez deberíamos insistir en conocer toda sus clasificicación. Linnaeus se pondrá contento.

Empezaremos por lo más obvio: se trata de un animal (Reino: Animalia). Y es un invertebrado (Filo: Arthropoda) que pertenece a la rama de los crustáceos (Subfilo: Crustacea). Es de la clase de los malacostráceos (Clase: Malacostraca), es decir, que tiene concha blanda como la inmensa mayoría de los crustáceos. La excepción son los cangrejos hermitaños que carecen de ella y utilizan conchas prestadas de otros animales. Tienen diez patas y por eso decimos que son decápodos (Orden: Decapoda). Y así, vamos llegando al final, donde definimos que su famila como la de los cagrejos con garra (Familia: Grapsidae) para nombrar a las zayapas diciendo que son del género Grapsus y de la especie grapsus.

Esto de la taxonomía parece complicado pero para el que es aficionado puede convertirse en un ejercicio apasionante.

Las zayapas, como los demás crustáceos, tienen varias mudas. Llamamos muda a la renovación de los tegumentos (recubrimiento del cuerpo). Como la coraza que lo recubre no crece pero el cangrejo sí, llega un momento en el que tiene que desechar su viejo caparazón exterior. Es entonces cuando las zayapas quedan sin su principal medio de protección y empiezan a correr mucho peligro. El nuevo caparazón es más grande pero también más blando, al menos durante algún tiempo.

Los cangrejos pueden así, regenerar algún miembro que hubieran perdido antes, como una pinza o una pata.

Ya te habrás imaginado que las zayapas constituyen la dieta de muchos depredadores de las costas de las Galápagos. Enemigos que le atacan desde tierra, mar y aire.

Pobres zayapas. Por eso no les queda otro remedio que reproducirse masivamente... supongo.

El caso es que seguimos sin saber por qué los cangrejos andan hacia atrás. Una amiga me diría que para coger carrerilla y avanzar así una mayor distancia. "Eso, al menos" -decía- "es lo que suelo hacer yo".

¿Seguirá haciéndolo?, me pregunto.

Imagen procedente de http://places.mongabay.com/south_america/red-legged_crabs.jpg

martes, 19 de julio de 2011

El ocaso del árbol de la vida


Posiblemente ya te llamó la atención la imagen arborescente que encabeza este blog. Se trata de una representación del árbol de la vida, realizada por el propio Darwin en su cuaderno de viaje y que funciona como símbolo para la teoría de la evolución mediante la selección natural.

David Attenboroug presenta este vídeo en YouTube que, aunque está en inglés, nos sirve para hacernos una idea darwiniana de dónde venimos:


También tienes una representación multimedia e interactiva en este enlace: http://www.wellcometreeoflife.org/interactive/

No obstante, el árbol de la vida tal como lo concibió Darwin "podría estar en tela de juicio", según afirma Eric Bapteste, biólogo de la evolución de la Universidad Pierre y Marie Curie, de París. La evolución es algo demasiado complejo -dice- para explicarla mediante un simple árbol genealógico.

Siguiendo con la explicación aparecida en el Telegraph del 22 de enero de este año, el descubrimiento de la estructura del DNA en 1953 no sirvió como se creía para probar el árbol darwiniano de la vida, sino que abrió nuevas perspectivas en el campo de la biología evolucionista.
"Los test genéticos practicados a bacterias, plantas y animales revelan que las especies se interrelacionan entre ellas mucho más de lo que se pensaba, con lo que los genes no pasan sólo a la descendencia por las ramas del árbol de la vida, sino que se transfieren también de unas especies a otras. Los microbios intercambian material genético de forma tan promiscua que resulta difícil distinguir unos tipos de otros, pero también las plantas y los animales se cruzan con mucha regularidad, y los híbridos resultantes pueden ser fértiles". (http://biologiasegungolgix.blogspot.com/2009/01/el-rbol-de-la-vida-de-darwin-en-tela-de.html)
Por su parte, John Dupré, de la Exeter University, y Ford Doolittle, de la California University, señalan que cuestionar el árbol de la vida no significa que la teoría de la evolución esté equivocada, sino que no es tan sistemático como se creyó.

Por supuesto, los creacionistas no dejarán de aprovechar las palabras de Rose cuando afirma que la biología es mucho más compleja de lo que se pensaba. Ellos están convencidos -dice el Telegraph- de que la vida en la Tierra es tan compleja que sólo pudo ser creada mediante un diseño inteligente, en otras palabras, por Dios.


El artículo del Telegraph está en inglés en este enlace:
http://www.telegraph.co.uk/science/4312355/Charles-Darwins-tree-of-life-is-wrong-and-misleading-claim-scientists.html

 
La imagen es una captura del vídeo presentado por Attenborough.

lunes, 18 de julio de 2011

De ciertas manías taxonómicas


En otro tiempo las disputas entre deportistas o personajes de la televisión eran más improbables que las que existían entre los científicos, entre otras cosas porque aún no se había inventado ni el fútbol ni la televisión. El primer campeonato se organizó en Inglaterra en 1863, mientras que la televisión fue introduciéndose gradualmente en los hogares de los occidentales durante las últimas décadas del siglo XX.

El sueco Carolus von Linnaeus (1707-1778) y el francés Georges Louis Leclerc (1707-1788), más conocido como conde de Buffon, estaban enzarzados en una disputa sobre la manera de entender y clasificar la naturaleza.

En una entrada anterior vimos como Linnaeus tuvo éxito en implantar el sistema de clasificación binomial, al que llamamos taxonomía. Así, el ser humano es Homo sapiens, y el cocotero, es Cocos nucifera. Y abusando de la posición de privilegio que le daba ser el que pone nombres a los seres vivos, Linnaeus no pudo resistirse a la tentación de catalogar al sapo común como Bufo bufo, en clara referencia a su colega. Algo que el conde de Buffon se tomó muy mal, como cuenta Serrallonga. (Serrallonga, 2010; 63)

Buffon escribió su voluminosa 'Histoire Naturelle, générale et particulière' entre 1749 y 1788. El conde estaba más interesado en las descripciones anatómicas y conductuales de los seres vivos, que en colocarlos en su cajón y estante adecuado a cada uno de ellos. La película de 'Master and Commander' (2003) muestra una escena en la que aparece la Historia Natural de Buffon, y se observa en un primer plano como ésta está escrita en francés. Es decir, que los documentalistas hicieron muy bien su trabajo, tal como señala Serrallonga.

El naturalista francés puedo pasar a la historia como el primero en anticipar la teoría de la evolución, o la teoría de la transformación, pero prefirió no insistir sobre este tema. Lástima, pues la polémica hubiera subido de tono con Linnaeus, un ferviente creacionista. Aunque también hay que reconocer que adelantarse a su tiempo tiene sus riesgos.

En otra ocasión os hablaré de Lamarck y Cuvier.

Lámina de Buffon en http://libroslateatral.wordpress.com/2009/11/25/natural-history-leclerc-buffon-grabados-del-siglo-xix/

domingo, 17 de julio de 2011

Del GPS al sextante


Los satélites a los que me refería en la entrada anterior han facilitado, sin duda, la navegación. Hoy ya son muchos los que utilizan el sistema GPS (Global Positioning System, o sistema de posicionamiento global), que permite determinar la posición de un objeto, un vehículo, una nave o una persona con una gran precisión.

A una distancia de unos 20.000 km de la Tierra, hay 24 satélites que recorren órbitas sincronizadas para cubrir toda la superficie del planeta. Los receptores de GPS localizan a tres de ellos y puede conocer su posición por el método de triangulación inversa, que se basa en determinar la distancia de cada satélite respecto al punto de medición. Sus aplicaciones son numerosas. La más obvia, por extendida, es la que acompaña a muchos conductores cerca del volante.

Pero no te sorprenderá, o tal vez sí, saber que su aplicación es muy reciente. Hasta finales del siglo pasado el sextante era el instrumento de navegación que utilizaban barcos y aviones. Se trata de un instrumento que permite medir ángulos entre dos objetos. Por ejemplo, entre dos puntos de una costa o un astro.

Puedes ver uno con la descripción de sus partes en este enlace: http://www.infovisual.info/05/076_es.html

No parece fácil de utilizar, aunque os confieso que me encantaría aprender. Una ventaja de este instrumento sobre los modernos GPS es que no necesita electricidad, aunque sí que te obliga a tener un buen reloj a mano.

Volvamos al HMS Beagle. ¿Te imaginas al capitán FitzRoy utilizando el sextante y luego señalando cada posición así obtenida sobre un mapa? Efectivamente, en aquella época no se trataba tanto de encontrarse en un mapa dado, sino de dibujar un mapa que podía no existir hasta el momento, o bien ser muy inexacto.

La gente del XVIII aún estaba descubriendo un mundo al que quería civilizar y, sobre todo, colonizar.

Y la gente del XXI aún no ha descubierto cómo vivir en él sin matarse los unos a los otros.


Imagen procedente de http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Marine_sextant.svg

sábado, 16 de julio de 2011

El futuro del turismo y el principio de responsabilidad


¿Qué tienen en común las Galápagos con '2001: una odisea en el espacio'? El turismo, sin duda.

Tal vez ni siquiera Stanley Kubrik (1928-1999) ni Arthur C. Clarke (1917-2008) llegaran a imaginar que alguien llegara a viajar como turista al espacio precisamente en 2001. En efecto, Dennis Anthony Tito se convirtió en el primer astronauta diez años después de que se malograra su primer viaje a la estación soviética MIR. Tenía entonces sesenta años de edad. Y, por supuesto, era un multimillonario de Wall Street que podía permitirse el capricho. El pasaje para este vuelo ronda los 20 millones de dólares.

Los turistas espaciales se cuentan, de momento, con los dedos de una mano. A Tito le siguieron Mark Shuttleworth, Gregory Olsen, Anousheh Ansari y Charles Simonyi.

Se puede argumentar que con su dinero estos turistas millonarios ayudan a sostener los viajes espaciales. Se trata del mismo argumento que se utiliza para justificar el turismo a las Galápagos, o a las costas mediterráneas. Del mismo modo, sin embargo, el turismo ha servido también para que nuestras costas desaparecieran sepultadas por bloques de apartamentos; que varias especies endémicas de las Galápagos estén en peligro de extinción o hayan desaparecido; o que estemos dejando en la órbita terrestre montones de basura espacial.

Que no todo el mundo pueda pagarse un pasaje al espacio deja bien claro que viajar como turista no es una actividad democrática, sino elitista. Como lo es también hacer turismo en las Galápagos.

El turismo, ya sea elitista o masivo, es difícil de compatibilizar con la sostenibilidad del planeta. ¿Llegaremos a construir hoteles espaciales? Posiblemente. ¿A qué coste? ¿Quién podrá pagarlo? ¿Cuánta gente morirá de hambre para que alguien pueda reunir la fortuna que costará el viaje? ¿Calcularán el coste ecológico? ¿Cuánta energía se consume en el lanzamiento de una expedición espacial? ¿Y en una a las Galápagos?

Hans Jonas (1903-1993) escribió sobre el principio de responsabilidad:
“Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra”. (ALCOBERRO, Ramon. 'Filosofia i pensament' en http://www.alcoberro.info/V1/jonas0.htm).

Fotograma de '2001: una odisea en el espacio'

viernes, 15 de julio de 2011

El abuelo lunático

¿Sabías que el abuelo de Charles Darwin era un 'lunático'?

Pues sí, Erasmus Darwin (1731-1802) fue uno de los miembros fundadores de la Sociedad Lunar. A este club de la ciudad Birmingham acudían industriales y filósofos de la naturaleza cada noche de luna llena. Aprovechaban la luz que el astro reflejaba para volver a casa caminando de un modo más seguro. Por eso, los Matthew Boulton, Erasmus Darwin, Samuel Galton Junior, James Keir, Joseph Priestley, Josiah Wedgwood, James Watt, John Whitehurst y William Withering se llamaban a sí mismos 'lunáticos'.

A ellos se les añadían los no menos influyentes Richard Arkwright, John Baskerville, Thomas Beddoes, Thomas Day, Richard Lovell Edgeworth, Benjamin Franklin, Thomas Jefferson, Anna Seward, William Small, John Smeaton, Thomas Wedgwood, John Wilkinson, Joseph Wright, James Wyatt, Samuel Wyatt, y John Levett.

El abuelo de Darwin ejerció como médico, además de naturalista, fisiólogo y filósofo. Escribió sobre medicina y botánica. También era poeta. E inventor, como tantos de sus colegas lunáticos.

Curiosamente, Erasmus Darwin fue uno de los pioneros del evolucionismo en la línea de Lamarck, cuya teoría se resume en que los órganos evolucionan bajo la influencia de su uso y degeneran bajo el influjo de su desuso. Como sabemos, la teoría de Charles Darwin se basa en el azar. Según ésta, la selección natural escoge a los individuos mejor adaptados genéticamente.

Hoy hacemos poco caso a los astros que nos trae la noche. Nuestros cielos ya no son oscuros debido a la contaminación lumínica. Solemos perder de vista que durante siglos y siglos el cielo oscuro con sus estrellas, sus planetas, su luna, marcó la historia del pensamiento de la humanidad. Los humanos observábamos sus movimientos, sus posiciones, sus distancias, sus tamaños,... Queríamos saber qué lugar ocupábamos en el universo.

Aún así, algunos lunáticos seguimos caminando a la luz de la luna. Hoy como ayer.

Imagen procedente del blog: http://ssmag.wordpress.com/2009/02/15/the-lunar-society-citizen-geeks-of-the-18th-century/

jueves, 14 de julio de 2011

Focas y otarios, no son lo mismo

Es fácil caer en la confusión entre focas y otarios, pero no son lo mismo. Las focas y los leones marinos pertenecen a distintas familias: Phocidae y Otariidae, respectivamente.

En las Galápagos encontramos leones marinos, pero no focas que sólo habitan cerca de los polos.

A diferencia de los otáridos, las focas no tienen pabellón auditivo. Y sus extremidades posteriores dirigidas hacia atrás, no son funcionales en el desplazamiento terrestre. Los otarios, por el contrario, conservan éstas dirigidas hacia adelante y pueden moverse en tierra sin dificultad.

El Arctocephalus galapagoensis es la especie endémica de las Galápagos. ¿Recuerdas? En la taxonomía, el nombre científico se refiere al género, que en este caso es Arctocephalus, y a la especie, que es galapagoensis.

No son muy grandes. Los machos pueden llegar a medir 1,5 metros y pesar alrededor de 60 kg. Las hembras son ligeramente más pequeñas y bastante menos pesadas. Es decir, presentan poco dimorfismo sexual al contrario de lo que ocurre con los fócidos. Los leones marinos se alimentan de noche, cuando sus presas están más cerca de la superficie. Éstas consisten principalmente en cefalópodos y peces linterna. Buceando pueden alcanzar profundidades de 169 metros, en lo que las focas les superan con creces ya que éstas se sumergen hasta los 600 metros.

Los leones marinos de las Galápagos están en peligro de extinción.

miércoles, 13 de julio de 2011

El mundo es un pañuelo... digital


¿Cómo de grande es el mundo? ¿O cómo de pequeño?

Durante miles de años, la mayor parte de los humanos apenas conocían más allá de su aldea, su valle, sus bosques o sus montañas. Había movimientos de gentes, por supuesto, pero a través de largos períodos de tiempo. La navegación marina abrió nuevos horizontes y un nuevo continente apareció al otro lado del Atlántico. Un continente del que ni la Biblia sabía.

En 1684, el corsario Ambrose Cowley dibujó un mapa de las Galápagos que poco se parece a las vistas vía satélite que Google nos ofrece. Desde nuestro ordenador podemos ahora viajar virtualmente a las islas y ver su aspecto mediante una fotografía tomada a miles de kilómetros desde una nave espacial. En la época de Cowley, los humanos aún no habían inventado un artefacto con el que pudieran elevarse del suelo y, por supuesto, no conocían la fotografía.

Un siglo después, en 1783, los hermanos Montgolfier contribuyeron con sus globos aeroestáticos a ampliar nuestra perspectiva del mundo. Aún así, los humanos seguían necesitando tomar medidas a ras de tierra para levantar mapas. Precisamente, la expedición del HMS Beagle (1831-1836) tenía como objetivo principal tomar cotas que mejoraran el conocimiento cartográfico y, sobre todo, hidrográfico del continente sudamericano.

Hoy, mientras hacemos un viaje virtual a las Galápagos puede ocurrir que uno de nuestros compañeros se encuentre en China y otra esté a punto de aterrizar en Senegal, mientras que nuestro guía se adentra en las sabanas de Tanzania. Virtualmente, sin embargo, seguimos juntos.

Son los milagros del hipertexto a los que tenemos que ir acostumbrándonos, para bien o para mal.

La imagen puedes verla ampliada en http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/78/Gallapagos_Islands_1684.jpg

domingo, 10 de julio de 2011

A vueltas con el dimorfismo sexual


El dimorfismo sexual define las variaciones en la fisonomía externa que presentan machos y hembras de una misma especie y puede referirse tanto a su forma como su tamaño o coloración.

Teniendo en cuenta que en los insectos el tamaño de la hembra supera al de los machos y siendo que éstos son los que más abundan en el planeta podríamos decir que esa sería la norma. Pero en los mamíferos ocurre lo contrario: los machos suelen ser considerablemente más grandes que las hembras. Lo observamos en nosotros, los humanos, pero resulta aún más llamativo en los elefantes marinos, o los cachalotes, por ejemplo.

No obstante, no todos los mamíferos presentan este dimorfismo sexual. Las ballenas hembra son más grandes que las ballenas macho. ¿Te das cuenta? El animal más grande del que se tiene constancia es un rorcual azul de treinta metros de largo y de un peso superior a 17 toneladas.

Y era una hembra.

sábado, 9 de julio de 2011

La taxonomía de las iguanas


La taxonomía de Carolus Linnaeus (1707-1778), o taxonomía de Linneo, o taxonomía linneana, clasifica a los seres vivos en diferentes niveles jerárquicos, comenzando originalmente por el de Reino, Filos (o Dominio si se trata de plantas), Clases, Órdenes, Familias, Géneros y Especies.

Se me ha ocurrido hacer un ejercicio de comparación entre las dos iguanas que hay en las Galápagos, la terrestre y la marina.

Ambas pertenecen al reino animal (Reino: Animalia), y al tronco de los vertebrados (Filo: Chordata).

Además, son saurópsidos escamosos, o sea reptiles (Clase: saurópsida) que tienen escamas (Orden: Squamata).

Coinciden en su forma de lagartos, lo que viene a ser una suborden (Suborden: Lacertilla), y en que pertenecen a la misma familia, la de los iguánidos (Familia: Iguanidae).

Ahora bien, la iguana terrestre y la marina pertenecen a distinto género y especie, y es aquí de donde les vienen sus nombres binomiales: 

  1. La iguana terrestre es la Iguana, iguana (Género: Conolophus; Especie: iguana);
  2. La iguana marina es la Amblyrhynchus, cristatus (Género: Amblyrhynchus; Especie: cristatus).
Tenía dudas de que la iguana marina no fuera propiamente una iguana pero me confirma Serrallonga que sí, que ambas lo son. Las terrestres llegaron de algún modo cruzando los 1.000 km que separan las islas del continente. Son las típicas iguanas verdes que encontramos en Ecuador o en Costa Rica. Las marinas evolucionaron a partir de éstas, convirtiéndose en expertas nadadoras. Su color es oscuro con tonalidades rojizas como si se hubieran quemado al sol.

En cualquier caso, ¡menudo lío de nombres!, ¿eh?

viernes, 8 de julio de 2011

Naúfragos en las Encantadas


En este viaje virtual a las islas Galápagos, o islas Encantadas, lo que uno espera es encontrar animales. Como autor, he podido forzar que nuestro primer encuentro fuera con un cachalote. Pero ésta es la fantasía. La realidad sería, más bien, que nos topáramos primero con los/las turistas.

Leo en Experience of Travelling, una guía de vacaciones on-line, un artículo sobre nuestras islas fechado en 20/05/2011. En éste se cuenta cómo el turismo creciente y el descontrol en las edificaciones llevaron a sucesivas designaciones como espacio protegido. Primero fue en 1957, como parque nacional de Ecuador y en 1979 por la UNESCO como espacio de interés para la humanidad.

Las Galápagos vienen a recibir unos 100.000 turistas anuales. En 2007, de nuevo la UNESCO denunció que muchas especies estaban amenazadas e incluyó el archipiélago en su lista de espacios protegidos por peligro de extinción (List World Heritage Sites in Danger Extinction).

Las autoridades son conscientes del problema y elaboran una serie de normas destinadas a los turistas:
  1. No salirse del camino trazado. Éste está claramente trazado con estacas blancas y negras;
  2. No molestar a los animales salvajes:
  3. No recoger souvenirs de las especies nativas de las Galápagos;
  4. No acercarse a los animales;
  5. No generar basuras en el parque;
  6. No está permitido fumar ni usar los teléfonos móviles dentro del parque;
  7. No dar de comer a los animales;
  8. No olvidar limpiar la suela de los zapatos antes de entrar en el parque;
  9. No abandonar el grupo en ningún momento.
A mí me parecen bien, pero me pregunto entonces: ¿cuál es el aliciente de visitar las islas? Si prácticamente no puedes hacer nada, sería mejor quedarse en casa mirando documentales. Si es por visitar una isla, podríamos disfrutar de las Baleares o las Canarias que las tenemos más cerca.

¿Acaso son más bonitas las Galápagos?

No era esa la opinión de Darwin:
"El 17 por la mañana desembarcamos en la isla Chatham [San Cristóbal]. Como todas las demás, es redondeada y no tiene más de particular que unas cuantas colinas, restos de antiguos cráteres. En una palabra, no hay nada menos atractivo que el aspecto de esta isla. Arbustos raquíticos, tostados por el Sol y que apenas pueden vivir, cubren en toda su extensión una corriente de lava basáltica negra de rugosísima superficie y hendida en varias partes por inmensas grietas. Calentada en exceso por los rayos del un Sol ardiente, la suerficie del terreno, callosa a fuerza de estar seca, hace pesado y asfixiante el aire como si saliese de un horno caliente. parecíanos que hasta los árboles se sentían mal". (Darwin, citado en Serrallonga, 2010; 14) (Las negritas son mías).
Cuenta Serrallonga que con el tiempo el alma de científico hizo que Darwin cediera al embrujo de las Encantadas.

Pero no todos somos científicos, así que perdonad mi curiosidad antropológica por plantear esta pregunta: ¿qué esperan encontrar los turistas que van a la isla? ¿A otros turistas, tal vez?


La imagen procede de Guide Vacation: http://experienceoftravelling.com/2011/05/wonders-of-the-galapagos-islands.htm

jueves, 7 de julio de 2011

Hombre al agua


Finalmente, me decido por el chapuzón. La virtualidad nos hace más valientes, ¿verdad?

Recuerdo que cuando en mi adolescencia me zambullía en el estudio de las ciencias naturales, un animal que me llamaba poderosamente la atención era el cachalote. El Physeter macrocephalus es un cetáceo grande y relativamente pacífico y, quizás por ello, me recordaba a mí mismo. ¿Anhelaba tener el cerebro más grande del planeta? Lo cierto es que por aquella época lo que yo quería era ser submarinista. No lo conseguí y tampoco es que mi cerebro sea algo a destacar. En cambio, pienso en ello cuando deambulo por la sección de tallas grandes de los grandes almacenes, la que que un buen amigo denomina irónicamente como la de los cachalotes.

El medio marino que circunda a las Galápagos abunda en peces, pero también en mamíferos. Hay diversos tipos de ballenas, delfines, orcas, y leones marinos.


El cachalote puede llegar a pesar más de 57.000 kilos y a medir veinte metros de largo, superado tan sólo por la ballena azul, de la que se dice que algún ejemplar alcanzó los treinta metros. Y siendo que las ballenas reciben ese nombre porque tienen ballenas en vez de dientes, podemos afirmar que el cachalote es el animal dentado más grande del planeta.

Algún ballenero del siglo XIX fue hundido en su enfrentamiento con uno de estos cetáceos, lo que dio origen al mito de Moby Dick, novela escrita por el estadounidense Herman Melville (1819-1891) y publicada en 1851.

Estos animales alcanzan profundidades de 3.000 metros y se alimentan de peces y calamares. Por las cicatrices causadas por las ventosas de estos últimos se supo de la existencia de calamares gigantes que podrían llegar a medir más de 18 metros.

Nos movemos en tamaños de gigantes que rebasan en mucho la escala del homo sapiens. No, no somos tan grandes. Pero es que para explicar la evolución de las especies, el tamaño no importa. Los pequeños pajarillos tienen mucho que decir, o al menos a Darwin le abrieron la mente a una nueva perspectiva.

miércoles, 6 de julio de 2011

Frente al león dormido


Hace tres años que un grupo de gente inolvidable nos encontrábamos en la sabana, entre hienas y leones, siguiendo el rastro de los primeros homínidos. Allí estaba el profesor Jordi Serrallonga ejerciendo de guía virtual. Mañana nos encontraremos de nuevo, también de modo virtual, frente al león dormido.

Aunque los iniciados 'uocenses' se estarán deleitando con el juego de palabras, lo cierto es que existe un islote cercano a San Cristóbal, llamado así: el león dormido. En su libro, Serrallonga hace varias veces referencia a él, y no me extraña pues su silueta resulta muy peculiar.

En cierta manera, esta entrada es de transición. Hasta ahora hemos sobrevolado la isla a través de mapas, vistas desde el Google o animaciones de la NASA. Igualmente, nos subimos a bordo del HMS Beagle y retrocedimos hasta el siglo XIX para hacernos una idea de cómo era el pensamiento científico y social de aquella época. Repasamos algunos aspectos biográficos de los personajes principales, Charles Darwin y el capitán FitzRoy, aunque es seguro que volveremos sobre ellos. Nos sorprendimos con el experimento antropológico llevado a cabo con los fueguinos. Y apuntamos al problema teológico que subyace en todo encuentro con la verdad científica cuando ésta contradice las creencias religiosas, tales como el creacionismo o la teoría del diseño inteligente. Y todo ello sin olvidarnos del pastafarismo.

Ahora ya toca entrar en materia.

Dudo entre si poner pie en tierra firme o zambullirme en el mar. La biodiversidad de las Galápagos es tal que uno no sabe por dónde empezar: ¿por las iguanas? ¿Los leones marinos? ¿Las tortugas? ¿Los tiburones? ¿Las fragatas? ¿Los pinzones?... ¿Los percebes?

Una buena amiga me diría que empezara por el principio. Otra que por el final.

Imagen procedente del blog fotográfico de Marissa: http://galapagosislandsphotojournal.blogspot.com/2009/01/kicker-rockleon-dormido.html

martes, 5 de julio de 2011

Pastafarismo


Cuando en 2005 el Consejo de Educación del Estado de Kansas permitió que la teoría del diseño inteligente (una forma de presentar el creacionismo) se enseñara junto con la teoría de la evolución, Bobby Henderson, un joven licenciado en física por la Universidad Estatal de Oregón, escribió una carta abierta reclamando formalmente que el pastafarismo recibiera el mismo trato.
"Creo que todos podemos esperar el tiempo en que las tres teorías sean impartidas con igual cuota de tiempo en nuestras clases de ciencias de todo el país, y finalmente el mundo, un tercio del tiempo para el diseño inteligente, otro tercio para el Monstruo de Espagueti Volador y un tercio para una conjetura lógica basada en pruebas observables aplastantes [o sea, la teoría de la evolución]". (HENDERSON, Bobby. Carta abierta al Consejo de Educación del estado de Kansas (en inglés) http://www.venganza.org/about/open-letter/)
El pastafarismo es una religión paródica cuya deidad es el Monstruo de Espagueti Volador también conocido por FSM, sus siglas en inglés, (Flying Spaguetti Monster). El propio Henderson escribió 'The Gospel of the Flying Spaghetti Monster' que viene a ser su libro sagrado.


Gracias a Internet el mensaje del pastafarismo se propagó y hoy son muchos sus seguidores. Por contra, los responsables de promover la teoría del diseño inteligente dejaron el Consejo de Educación en septiembre de 2006, según una información de The Telegraph.



Imagen procedente de http://www.venganza.org/images/spreadword/havetouched.jpg

lunes, 4 de julio de 2011

Antidarwinismo

 

Hagamos un salto en el tiempo para reflexionar sobre la transcendencia que tendrían las ideas de Darwin cuando se dieron a conocer. Un poco de cronología a modo de repaso: el viaje del HMS Beagle ocurre entre 1831 y 1836; la publicación de 'El origen de las especies' es de 1859; mientras que 'El origen del hombre' data de 1871; de ese mismo año es la caricatura que representa a Darwin con cuerpo simiesco, 'A Venerable Orang-outang', publicada en el Hornet; finalmente, la caricatura cuya leyenda dice 'El hombre no es más que un gusano' (Man Is But A Worm) apareció en el Punch en 1882, el mismo de la muerte del científico.

Una vez que la teoría evolucionista fue conocida no se tardó mucho en construir un marco reduccionista y malintencionado que reducía la cuestión a que, según Darwin, el hombre descendía del mono. Una idea inaceptable para una sociedad de hombres blancos que se consideraban a sí mismos como los elegidos por Dios para dominar la naturaleza y el mundo.

Cuando un marco queda así definido es muy difícil explicar que lo que Darwin decía no es que descendiéramos del chimpacé o del orangután, sino que los simios y los sapiens teníamos un antepasado común.


Contrariamente a lo que podríamos pensar ante la feroz campaña que se desató en su contra, la teoría de Darwin fue muy bien acogida en el ámbito académico y se impuso con cierta facilidad al creacionismo. Era una teoría esperada. De hecho, el evolucionismo es bastante anterior a Darwin y proviene de Lamarck (1744-1829). La importancia de Darwin es que consiguió darle cuerpo de teoría científica, mientras que lo anterior eran meras especulaciones más o menos acertadas.

El creacionismo, sin embargo, no ha muerto. Para mucha gente es en la Biblia, o más concretamente en el Génesis, donde se encuentra la explicación del origen del universo y del hombre. Tanto es así que en algunos estados de América del Norte el creacionismo es una materia que rivaliza con el evolucionismo en igualdad de condiciones.

De eso tratará la próxima entrada.

domingo, 3 de julio de 2011

La hoja de ruta del HMS Beagle


Nos interesan las Galápagos, por supuesto, pero también el HMS Beagle y de los hombres que viajaron en él durante su segunda travesía. Fue un viaje largo alrededor del mundo que duró casi cinco años.

La nave zarpó de Plymouth el 27 de diciembre de 1831. Fue haciendo escalas en Tenerife, Cabo Verde, Rocas San Pedro y San Pablo, Fernando Noronha, Salvador de Bahía, Islotes Abrolhos y Cabo Frío. Entre el 5 de abril y el 5 de julio permaneció en el área de Río de Janeiro y Salvador de Bahía verificando la distancia meridiana entre ambos lugares y estableciendo sus longitudes exactas, según leo en la Wikipedia.

Bajó luego hacia el río De la Plata. En diciembre recaló en Tierra del Fuego. El 22 del mismo mes cruzó el cabo de Hornos en medio de un fortísimo temporal. El 23 de enero el Beagle echó anclas frente a Wulaia donde desembarcaron los fueguinos, historia sobre la que ya escribí en 'El retorno de los fueguinos'.

Permaneció entre las islas Malvinas y la Patagonia durante un año y luego se quedó por Chile hasta finales de julio de 1835.

Su estancia en las Galápagos duró desde 15 de septiembre al 20 de octubre, fecha en que zarpó rumbo a Tahití.

Acabó el año en Nueva Zelanda y empezó 1836 en Australia.

Desde allí se dirigió al cabo de Buena Esperanza, al Sur de África y subió bordenado este continente hasta fondear en Falmouth, en Inglaterra, el 2 de octubre de 1836.

El viaje había durado cuatro años y nueve meses.


Puedes ver el mapa ampliado en: http://bjbcjg.bay.livefilestore.com/y1pQCwWBh9Mwax9d0bvNhNF3xqocDArim3ivD8hYj8rmdS5o84osEfXFcOUl7KYzYmDoIaYnzpncwCPnXfBf4mK6Q/1890_Voyage_F59_602.jpg